Por: Jorge E. Orejuela-Gartner, Grupo de Estudios Ambientales para el Desarrollo Sostenible-GEADES; Universidad Autónoma de Occidente, Cali, Colombia.
Resumen:
- La Ciencia Abierta respalda a las comunidades indígenas en sus aspiraciones para el ‘Buen Vivir’, sus pretensiones de autonomía territorial y el fortalecimiento de su cultura e identidad.
- Juega un papel trascendental en el Buen Vivir, motivando conocimiento sobre elementos clave para su bienestar actual y para continuar defendiendo ecosistemas naturales sobre los cuales se fundamenta su bienestar
- Sirve para valorar las comunidades humanas que hasta el momento han permitido que esta biodiversidad perdure, generando conocimiento sobre la capacidad de manejo de sus territorios y ecosistemas naturales.
En días pasados (13-15 de octubre) tuve la oportunidad de participar en el Seminario de Ciencia Ciudadana organizado por la facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad Tecnológica de Pereira-UTP con la participación de invitados internacionales como el Dr. Leslie Chan de la Universidad de Toronto (Canadá), el Dr. Josep Pintó (Universidad de Girona, España), Josique Lorenzo del CATIE en Costa Rica y nacionales como Martha Giraldo, exdirectora de RENATA, Pilar Sáenz de la Fundación Karisma, profesor John Mario Rodríguez de la UTP y decano Wilson Arenas. Diferentes aspectos de las temáticas de Ciencia Abierta, Ciencia Ciudadana y Acceso Abierto fueron presentados por los participantes.
[Lea nuestra publicación sobre el evento aquí y sobre lo que aprendimos aquí]
Mi presentación hizo énfasis en la función social de la ciencia y de la ciencia de comunidades tradicionales con ejemplos de organizaciones comunitarias de comunidades indígenas de Nariño y afro-colombianas del Chocó y Valle del Cauca.
Hice un llamado especial para aplicar conceptos de Ciencia Abierta para respaldar a las comunidades tradicionales en sus aspiraciones para un Buen Vivir y sus pretensiones de autonomía territorial, fortalecimiento de su cultura e identidad. Hice además un llamado para re-orientar las aplicaciones de la ciencia en general y ciencia abierta en particular para las universidades, con un cambio de actitud, enfocado a atender las necesidades de las comunidades más que a atender las aspiraciones de recompensa de status académico que otorgan las publicaciones prestigiosas.
Ciencia Abierta y el Buen Vivir
La ciencia abierta podría jugar un papel trascendente en el Buen Vivir de las comunidades, motivando conocimiento sobre elementos clave para su bienestar actual y para potenciar y continuar defendiendo ecosistemas naturales sobre los cuales se fundamente su propio bienestar, atención en urgencias humanitarias y potenciar sus relaciones internacionales con organizaciones similares. Vale la pena recordar que estos territorios tradicionales de comunidades indígenas y afro-descendientes conforman más de la mitad del territorio nacional (y de Latinoamérica). Por lo que atender sus necesidades socioculturales y territoriales redundaría en enormes beneficios sociales, culturales y desde luego ambientales.
La Ciencia Abierta puede en particular producir conocimiento local para enfrentar y poder mantener su vitalidad ante los embates de procesos “mal-desarrolladores” que están ocurriendo en sus regiones como mega-minería, prospección y explotación de hidrocarburos, cultivos ilícitos y transgénicos, fumigaciones peligrosas, monocultivos agrocombustibles, etc. Muchas de estas actividades productivas son favorecidas por el Estado, las empresas y frecuentemente la academia.
La conservación, restauración y uso sostenible de ecosistemas de gran biodiversidad (incluyendo una variada de ecosistemas de especies marinas, costeras, insulares, de ríos y de bosques húmedos tropicales y andinos) es una tarea que no acaba con la descripción de su estructura y funcionamiento, sino que sirve sobre todo para sustentar las comunidades humanas que hasta el momento han permitido que esta biodiversidad perdure, pero sobre todo que se generen los procesos de identidad de la gente local basados en el conocimiento, valoración y capacidad de manejo de sus territorios como fuente de sustento de su propio bienestar. Igualmente importante es reconocer que las comunidades locales han de ser los custodios y garantes de la permanencia de esos territorios.
Las comunidades fortalecidas en su identidad basada en el conocimiento de sus territorios, de la biodiversidad que existe en ellos, de las potenciales de sus usos sostenibles y de su cultura, y debidamente difundir estos conocimientos les permitirá enfrentar procesos de desarrollo exógenos y aprovechar algunos de ellos en el turismo de naturaleza, para mostrar además de esa Colombia magia Salvaje la otra Colombia de Magia Cultural.
Jorge Orejuela Gartner es educador y conservacionista desde hace 30 años. Actualmente, es profesor y director del departamento de Ciencias Ambientales en la Universidad Autonoma de Occidente en Cali, Colombia.
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